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A las 6 y pico

SON SÖLO UNAS PIEDRAS

(Para alguien muy especial para mí)

Hoy el día amenaza con lluvia, después de tanto tiempo sin llover. Aunque todo es relativo. Llover ha llovido mucho en estos últimos años, depende de cómo se mire o de querer saber mirar. El caso es que al salir a la calle, me ha dado frío y he tenido que volverme a casa a coger una chaqueta. Abro el armario y , entre los abrigos guardados en sus bolsas, los zapatos apiñados y las bufandas esperando el invierno que no va a tardar en llegar, me inclino por mi chaqueta de cuero rojo, esa que me sienta tan bien, al menos el color no es el gris de los días de otoño que son tan cortos y tristes- me dije al comprármela-, aunque aún no he entendido muy bien eso de los colores de invierno y los colores de verano.

La chaqueta seguía oliendo a cuero. Y me queda un poco grande. O yo soy un poco más pequeña, cuestión de matices varios. El caso es que me sentía cómoda metida holgadamente en ella e introduje las manos en los bolsillos de forma automática. Dentro del bolsillo izquierdo encontré unas piedras. Cualquier otro año me hubiese resultado más divertido encontrarme un billete de veinte euros olvidado en un abrigo, pero hay que ver lo que son las cosas, unas simples piedras de playa fueron el mejor regalo en esta mañana lluviosa.

Lo primero que pensé fue en la playa, de allí procedían, pero el recuerdo sólo duró unos segundos para sumergirme en lo que siempre quise olvidar y no pude. O quizá no quise, no lo sé. Lo cierto es que las piedras me llevaron hacia ti, hacia la playa, hacia tus labios, hacia las palabras no dichas, hacia los momentos no vividos, hacia el miedo a no verte más, hacia la lucha a muerte con el deseo. ¿Quién ganó? No lo sé
¿Quién perdió? Tampoco me importa mucho. Lo cierto es que, acariciar estas piedrecitas es como acariciarte a ti, saber que están aquí es un poco tener conciencia de que aún no te has ido, y la verdad, por un lado quiero que te vayas y , por otro, quiero que vuelvas a la playa. Y quiero que regreses para decir todo lo que no dije, gastar mis caricias en una noche y agotar mi cuerpo en el que no deja de llover.
Es curioso cómo se viven algunas cosas apenas sin vivir y otras, sin embargo, no llegan a vivirse de tanto querer hacerlo. Sin embargo, estas piedras ni se han inmutado al paso del tiempo, ni se preguntan si hicieron lo correcto o no. He pensado en meterlas en un sobre y mandártelas, quizá te traigan a ti -como a mí-unas imágenes sin editar, quizá te aporten un poco más de lo que nunca fui, de lo que no dije, de lo que se quedó esperando a nacer antes de morir, pero no lo he hecho. Porque sin querer, te imaginaba diciendo “Qué cosas más raras manda la gente por correo” y tirándolas a la papelera. Seguramente ya, ni recordarás ese día en la playa donde jugué a ser yo un solo día de mi vida. A destiempo, como siempre, pero no sería yo si no fuese a deshoras, a palabras no dichas , a caricias no dadas y a enterrarme antes de morir.

Mejor las devuelvo a la playa, de donde quizás, nunca debieron salir…

9 comentarios

NOFRET -

El anónimo era yo, es que estoy tan apurada tratando de leer y comentar, por una vez que me funciona la página, que me olvido las cosas.
Qué pena hubiera sido perderme este texto!

Anónimo -

(yo tengo un cuenco con caracoles que junté en la playa, aún conservan su aroma y, cada tanto, cierro los ojos y los huelo, y casi puedo oír el murmullo del mar y sentir la arena tibia en mis pies)
A veces, cosas inanimadas pueden traernos los más bellos recuerdos.

NOFRET -

Precioso, Merche, un lujo de texto. Soy un desastre comentando, y no sé transmitirte cuánto me gustó.
Igual que a Cerro, me quedaron esas palabras dando vueltas.
Un placer tus letras.
Besos

MalSapo -

"jugue a ser solo yo un solo dia de mi vida" eso me ha gustado. El final tambien esta muy bien. Imposible que él haya olvidado esas piedras que, en tu mano, ya no son piedras. Saludos

white -

Merche, guapa, pero guapa de letras y de corazón que es una belleza perfecta. Me ha encantado el recuerdo de esas piedras y me has traído el recuerdo de otra que guardo yo. Besitos y ya me contarás algo de la cena del sábado.

Merche -

Gracias Goreño y Cerro. Un gustazo encontarrme vuestros comentarios.
Pablo:No sabes el trabajo que cuesta a veces ser bueno, sobre todo a deshoras.

Besos a todos

Pablo -

Bruja bruja bruja... Qué buena eres cuando quieres, ya sea a deshoras o no.

Besos

Cerro -

Precioso, chiquilla. A través de unas piedrinas creas un relato lleno de sentimiento.

"pero no sería yo si no fuese a deshoras, a palabras no dichas , a caricias no dadas y a enterrarme antes de morir". Me encantó.

Un abrazo enorme.

Goreño -

Es curisos lo que pueden representar unas piedras de la playa cuando las miramos con los ojos del corazón. Me ancanta cuando te dejas ir y dices lo que sientes, o lo que piensas. Es una gozada leerte. Besitos